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La recuperación de la eurozona tras la pandemia, que se afianza en una prometedora macro, el avance de la vacunación y la reapertura de los países de la Unión Europea (UE) animan a un euro que lo tiene todo a favor. Además de los fundamentales, la debilidad del dólar y el análisis técnico sugieren que el rally proseguirá, con los máximos anuales como objetivo y, después, el hito de 2018. Eso sí, si el Banco Central Europeo (BCE) lo permite.

Pese a que todos los expertos coinciden en señalar que el formidable apoyo de las políticas económicas del presidente de EEUU Joe Biden mantendrá el liderazgo de la primera economía del mundo en cuanto a crecimiento se refiere, "el impulso se desplazará hacia Europa durante la primavera y el verano". En estos términos se expresa Thomas Hempell, fefe de Análisis de Generali Insurance AM, quien también cree que "con el repunte de EEUU prácticamente descartado, las sorpresas económicas relativas pueden seguir favoreciendo a la zona euro".

En este contexto, la publicación de las encuestas PMI a finales de la semana pasada enviaron muy buenas sensaciones al mercado, subrayan los expertos de MUFG. En concreto, el repunte de los servicios "refleja la gradual reapertura de las economías europeas con notables alzas tanto en Francia como en Alemania".

"Las expectativas de las empresas se situaron en máximos históricos, en previsión de que la aceleración de la de la zona euro siga más plenamente de cara al verano", prosiguen los analistas. Y esto apoya su opinión de que "la economía de los países del euro ha salido ya de la recesión y comenzará a repuntar con más fuerza a partir del segundo trimestre".

Dado que los riesgos de pandemia retroceden rápidamente, "el BCE podría tener que anunciar la reducción de sus compras de PEPP en su reunión del 10 de junio, respaldando los rendimientos europeos", apunta Hempell. Numerosos analistas coinciden con esta visión y esperan que la mejora de las perspectivas de crecimiento y las condiciones de financiación fomenten un 'mini-taper' -menos compras de activos-.

Sin embargo, el instituto emisor parece seguir preocupado por el aumento de los rendimientos a largo plazo de la eurozona en la coyuntura actual, que han vuelto a caer desde finales de la semana pasada. Esto se debe a los comentarios del viernes de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, en los que reiteró que el supervisor está "vigilando de cerca" la deuda.

Estas palabras señalan a los participantes del mercado que "el BCE se siente incómodo por la reciente subida de los rendimientos de los bonos", argumentan desde MUFG, lo que "ha rebajado las expectativas de que afloje sus estímulos en su próximo cónclave". En definitiva, ven menos probable ahora que el BCE se aleje de un ritmo de compras "significativamente mayor" en el tercer trimestre.

PREOCUPADOS POR LOS BONOS, TRANQUILOS POR EL EURO

Con todo, la reciente evolución de la cotización del euro debería ser menos preocupante. La moneda ponderada por el comercio del banco central se mantiene prácticamente sin cambios (+0,2%) desde su última reunión del 22 de mayo, aunque ha subido más (+1,8%) frente al dólar estadounidense, que se ha debilitado en general. "Si el BCE decide mantener las compras en la reunión de junio, debería ayudar a amortiguar el riesgo de un movimiento más brusco al alza para el euro/dólar a corto plazo", aseguran desde MUFG.

No obstante, el fortalecimiento del euro se verá también apuntalado por vientos en contra del dólar: "como moneda de reserva anticíclica, el billete verde se encamina a la debilidad en medio de un repunte económico mundial y la disminución de las incertidumbres políticas. Por lo tanto, el euro/dólar tiene más recorrido", arguyen.

En concreto, y según el análisis técnico, "ya no hay nada realmente importante hasta los máximos de principios de año en los 1,2350. Y por encima los máximos de 2018 en los 1,2555", añade como colofón José María Rogríguez, analista técnico de Bolsamanía.

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