¿Sabías que todos estamos encarcelados? La rutina, el orgullo y la timidez son nuestras principales cárceles metales
MADRID, 17 (CHANCE) ¿Qué te impide quedar con tus amigos de la infancia o con ese antiguo compañero de trabajo? ¿Por qué no haces más planes con tus primos o con tus abuelos? Siempre parece haber una excusa o un motivo, pero muchas veces éstos no son reales sino simplemente consecuencia de unas cárceles mentales que nosotros mismos construimos y en las que nos encerramos. Llevan el nombre de rutina, orgullo o timidez, entre otros.