Lo que nos enseña el horrible 2018: invertir no es nada fácil
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Este año ni siquiera su cuñado, el que se forra con todas sus inversiones, ha ganado dinero (sí, en la cena de Nochevieja mintió). Bastante suerte ha tenido si no ha perdido. Más allá del magro consuelo de que uno invierte a largo plazo -una inversión a largo es una a corto que ha salido mal-, este horroroso 2018 nos enseña que invertir no es nada fácil y requiere hacer algunos deberes. Y 2019 se presenta muy complicado.